El primero, de origen suizo, desarrolló un estilo manierista influido en Durero, Pontormo, Baccio Bandinelli y Miguel Ángel, con una obra de cierta dualidad conceptual: por una parte los temas eróticos y violentos, por otra una virtud y sencillez influida por Rousseau. Maurice de Vlaminck sentía predilección por los colores puros, con un volumen de origen cézanniano: en Desnudo reclinado (1905) y Mujeres bañándose (1908) realizó un tratamiento matissiano del desnudo femenino.