Además de ser el primer club de fútbol inglés en cotizar en la Bolsa de Londres en 1991, el Manchester United logró un capital notable con el cual iría desarrollando su estrategia comercial. El enfoque del club en el éxito comercial y deportivo trajo consigo beneficios importantes en una industria que con frecuencia se caracteriza por las pérdidas crónicas. La fuerza de la marca del Man Utd se vio reforzada por una intensa atención de los medios en algunos jugadores del plantel, más notablemente en David Beckham -quien rápidamente desarrolló su propia marca global individual-.