Porque hay que recordar que es tecnológicamente imposible ofrecer un diseño “personalizado” a todos y cada uno de los clubes de élite: las grandes marcas tienen un listado de los que más rentables les resultan, en los que centran la mayoría de sus esfuerzos, y cuentan para los demás con un catálogo básico del que elegir una plantilla, aplicar los colores correspondientes y, si acaso, incorporar alguna modificación puntual.